San Jordi y mis libros de Marzo

Los que me conocéis un poco ya sabéis que soy poco amiga de los días de. El día de los enamorados, el día del padre...en general me parecen excusas para hacer el típico regalo de centro comercial. Y no es que esté mal pero a mí me da un poco de alergia.

Sin embargo, el día del libro, mira tú por donde, siempre me ha gustado. Para que no me acusen de antipática, al menos por esto...Y es que aunque el motivo de este día también sea comercial, cuando se trata de libros, lo doy por bien empleado.

Todavía recuerdo un 23 de abril cuando vivía en Santiago mientras estudiaba la carrera. Aprovechaba este día para irme a Follas Novas, una librería enorme de la ciudad, a comprarme unos cuantos libros con la disculpa del descuento que hacían por San Jordi. y me regalaron uno de los marcapáginas que más me ha gustado (y he tenido muchos porque, por supuesto, durante años los coleccionaba) de mi vida: una foto de un toxo (hierba silvestre muy común en Galicia) y una frase: un libro e unha poliña de toxo (un libro y una ramita de toxo). Vamos la adaptación gallega de la rosa del San Jordi.

Así que, qué mejor día que éste para hablaros de mis lecturas de Marzo?

Empecé el mes con El juego de Ripper de Isabel Allende. Isabel Allende es una de mis autoras favoritas. Creo que me he leído todo lo que ha publicado. Soy una enamorada del aire de realismo mágico que imprime en todos sus libros.

Sin embargo, El juego de Ripper es completamente diferente a cualquier cosa que hayas podido leer antes de Isabel Allende. Diferente en cuanto a la temática porque se trata de una novela de suspense, pero totalmente reconocible en cuanto al trazado de sus personajes. Gente que te conmueve desde el principio, almas atormentadas pero con una fortaleza interior que siempre les hace salir a flote. Una trama sin fisuras y unos personajes envueltos en su halo de realismo mágico hacen de este libro un libro redondo.

Y, cuando terminé El juego de Ripper me enfrasqué con El paciente. Una recomendación de mi amiga Ana que me enganchó desde la primera letra.

El planteamiento del libro es muy atractivo: el prota, un neurocirujano famoso tiene que operar de un tumor cerebral al presidente de EEUU. Pero secuestran a su hija y lo amenazan con que, o mata al presidente en la sala de operaciones, o la matan a ella.

Este angustiante dilema y un ritmo de escritura trepidante hacen de este libro una recomendación imprescindible. Por cierto, ¿tenéis claro qué decisión tomaríais si os vierais en este dilema?

Lo malo de este libro es que me duró exactamente 48 horas. Literalmente lo devoré. Y entonces me fui a por uno de Maxim Huerta, Una tienda en París.

Reconozco que tenía prejuicios con respecto a este periodista. Pero me pasa como con el día del libro, cualquier disculpa me parece buena si la gente se acerca un libro. ¿Qué publican uno de Belén Esteban? Seguro que yo no lo leo pero si sirve para que una de cada 1000 personas que se lo compren empiecen a amar la lectura, lo doy por ben empleado. Pero eso, que lo ataqué con prejuicios pero con ganas por las buenas críticas que había leído de mis compañeras del club de lectura Mi cesta de mimbre.

La historia a priori no podía irme más: una historia de reinvención personal que incluye una tienda y París!! Parece que hayan leído mi subconsciente. Me lo leí, no me disgustó pero, desde luego, tampoco me enamoró. Escrito correctamente pero, para mi gusto, un poco falto de emoción.

Y así fue mi mes de Marzo en lo literario, espero que el vuestro también fuera bien. Os deseo un feliz día del libro y os veo En las nubes...