Mis libros de Abril

Este mes se me ha acumulado un poco el chollo; entre Punto Mom, celebraciones de cumpleaños y la Súper Fiesta Olímpica (de la que prometo post prontito) no he llegado a tiempo de comentaros mis libros de Abril.

Porque, pese a todo, yo he seguido leyendo al ritmo de siempre. Y Abril no ha estado nada mal...

Empezaba el mes con una de mis autoras favoritas: Almudena Grandes. He leído todo lo que ha escrito y todos y cada uno de sus libros me han encantado. En esta ocasión tocaba Las tres bodas de Manolita.

Es el tercer libro, y último publicado hasta ahora, de una serie de seis que componen Episodios de una guerra interminable. Cada uno de ellos está enmarcado en una etapa diferente de la postguerra. El primero, Inés y la alegría, me gustó. El segundo, El lector de Julio Verne, me entusiasmó. Y éste, éste es mi favorito.

Un libro redondo. Se desarrolla en Madrid en los años 40. Años terribles de represión donde personajes normales y corrientes se convierten en héroes para intentar recuperar la libertad de la que disfrutamos hoy. Reconozco que al principio hay muchísimos personajes y cuesta un poco meterse en la historia y recordar quién es quién. Pero en cuanto te metes, te engancha hasta el final. Y lo mejor para mí, que tengo mente ordenada y cuadriculada, es que este libro tiene guiños a los dos anteriores y llega hasta nuestros días con lo cual no deja cabos sueltos. Sabes qué pasa con cada personaje hasta el final y a mí eso me encanta. Por lo tanto, recomendable no, lo siguiente.

Y siempre que un libro me entusiasma como éste me cuesta muchísimo pasar al siguiente. Pero, en esta ocasión lo tuve fácil. Llegó la recomendación del mes del Club de Lectura de Mi cesta de mimbre: La noche soñada de Maxim Huerta. Y a por él me fui.

La historia preciosa pero le sigue faltando algo. Me gustó más que Una tienda en París, el otro que había leído de este autor, pero sigue sin enamorarme. En este libro narra la historia de amor incondicional entre un niño y su madre, con el trasfondo de la noche de San Juan y una horrible relación con malos tratos de su padre de por medio. Lo dicho, casi lo consigue pero no.

Cuando estaba terminando La noche soñada me enteré de que se había publicado el nuevo libro de Luz Gabás, que me había enamorado con Palmeras en la nieve. Ya sabéis que tengo afán coleccionista y que tiendo a leerlo todo si un autor me gusta así que estaba claro: tocaba Regreso a tu piel.

Inspirada en la quema de Brujas que tuvo lugar en el Pirineo Oscense en el siglo XVI, narra una historia de amor que se desarrolla desde ese momento hasta la actualidad. Sólo puedo deciros que terminé de leerlo en un vuelo Barcelona-A Coruña y me caían unos lagrimones que el pobre chico que viajaba a mi lado debió de pensar que me estaba ocurriendo algo terrible. Esto es lo que yo llamo un libro que llega.

Y, como suelo hacer habitualmente, después de un libro tan trágico paso a otro más liviano, que tampoco se trata de caer en una depresión literaria. Así que me lancé a Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor.

La autora, Ree Drummond, es en la actualidad bloguera de prestigio y presentadora de un programa de cocina en la televisión americana.  En el libro narra su historia personal. Chica de ciudad se enamora de vaquero de Oklahoma (Malboro Man, así le llama ella) y pasa de su vida de tacones, sushi y modelitos, a vivir en un rancho y convertirse en una madre de familia. Lectura ligerita y divertida.

Ya no quedaba mucho mes y un ratoncito lector como yo me dejó una recomendación en mi ordenador del hospital: Bajo la misma estrella.

Es un libro cortito. Y menos mal, porque intenso es un rato. Me encantó y me agobió a partes iguales. Narra la historia de unos adolescentes con cáncer terminal que se conocen en un grupo de apoyo. Como os podéis imaginar, las buenas noticias no abundan en este libro pero, por increíble que parezca, también tiene toques de humor. Lo recomiendo.

Pues hasta aquí lo que dio de sí el mes de abril. No ha estado mal, no? Y vosotros, ya estáis planeando las lecturas de verano? Contádmelo En las nubes...