Pero bueno, en mi casa somos un equipo y muy organizados además. Así que, a base de listas interminables (de comidas, de cenas, de la compra, de mis días de guardia...) y de muchas tardes libres que pudo cogerse el ya certificado como súper-padre-del-año-pareja-perfecta, llegamos a agosto.
Eso sí, yo llegué con un cansancio tal que sólo podía pensar en tumbarme al sol y DESCANSAR...
Pero ahora ya estoy con las pilas bien cargadas para empezar la nueva temporada. Y, por supuesto, una nueva temporada incluye un nuevo montón de listas: vuelta al cole (uniformes, zapatos, material escolar, mochilas...), puesta a punto (dentista, revisión oftalmológica...), orden en casa (cambio de ropa, ordenar mi mesa y, por supuesto: EL TRASTERO). Pero la lista que más me gusta es la de los nuevos propósitos. Ésta la hago dos veces al año: en septiembre y en enero. La de septiembre suele ser más de actividades (nuevos saraos a los que me apunto: continuo con calceta, añado costura, fotografía, nuevo curso de blogging...) y la de enero más sentimental.
Repasando mi lista de enero pasado la verdad es que estoy bastante satisfecha con los objetivos cumplidos. He encontrado tiempo para salir al menos una vez al mes con el súper-padre, he disfrutado de la familia, hemos viajado con los peques y he intentado disfrutar del trabajo (esto a veces ha sido complicado aunque hemos tenido momentos geniales con #laschicasdelpale)...pero, sobre todo sobre todo, mi gran objetivo cumplido ha sido desfrutar de la slow-life con mis hijos.
Y una de las pequeñas cosas que me proponía hacer con mis hijos, especialmente con el mayor, era enseñarle a atarse los cordones de los zapatos.
Cuando estuve en Barcelona en el Handmade Festival, había un stand con juguetes preciosos de madera hechos a mano por un artesano catalán: Álex Rigol. Coches, juegos, espadas y un curioso artefacto para entrenarse en atado de cordones.
El artilugio es sencillo: un trocito de madera y unos cordones y...a practicar!! Ya sé que pueden hacerlo con un zapato normal pero reconoceréis que el cacharro es monísimo y así no tienen que estar toqueteando un zapato sucio.
Y para que veáis cómo funciona aquí os enseño un vídeo de Antón. Aviso a los navegantes: es un vídeo absolutamente casero grabado con el móvil. La finalidad inicial de este vídeo, que me envío mi chico por teléfono un día que yo estaba de guardia, era que yo viera cómo Antón hacía sus avances pero me pareció tan genial que quería compartirlo con vosotros. Por supuesto, Antón me ha autorizado a mostrároslo.
Os informo de que Antón ha mejorado sustancialmente su técnica, el vídeo fue del primer día. De todos modos, mientras no lo dominan una opción interesante cuando el zapato no trae cierre de velcro, es sustituir los cordones por gomas. Compráis un metro de goma y listo!
Y vosotros, ya estáis en operación retorno o todavía disfrutando de vacaciones? Os espero por aquí...En las nubes