El café de los viernes

El viernes pasado me animé a compartir un cafetito Sonambulista con tod@s vosotr@s y la cosa fue muy bien así que me he animado a repetir hoy también.

Si estuviésemos tomando un café os contaría que la operación #aloscuarentatipazo va viento en popa. Ya van cuatro kilos menos (los más fáciles, eso sí...) y el ánimo está por las nubes (cómo no!!). Ahora estoy peleándome con el tema del ejercicio que ya es harina de otro costal...


Si estuviésemos tomando un café os contaría que mi historia con los gimnasios es demoledora: creo que si me devolviesen junto todo el dinero que me he gastado en cuotas sin aprovechar en los diferentes gimnasios de los que he sido socia, podría dar la vuelta al mundo. Un par de veces, a lo mejor. Durante la universidad probé primero la natación: horror. Sé nadar pero mi técnica es un horror con lo cual nado poco y me canso mucho. Esta iniciativa duró dos meses. Después probé con el aerobic en un gimnasio. Si juntáis la psicomotricidad de un pato y el clima de Santiago de Compostela ( que no hacía muy apetecible salir de casa a las ocho de la tarde con frío y lluvia) tendréis el resultado: seis meses de sufrimiento. Con lo que más constante he sido a lo largo de mi vida ha sido con los abdominales. Os diré que llegué a insinuar una de esas barrigas-tableta de chocolate. En serio, aunque hace más de veinte años de esto...Un breve coqueteo con las clases de Zumba, que finalicé cuando me encontré a mí misma cantando una canción de Marc Anthony en la cola de la charcutería (y no es broma), y un breve paseo por la sala de musculación constituyen mis últimos escarceos con el deporte.

Si estuviésemos tomando un café os diría que mis intentos se centran ahora en el running, con mi libro de cabecera Running para perezosas, y en una app con tablas de 7 minutos de duración. Lo del running lo he retomado esta semana pero el día que estrenaba mis nuevas zapatillas llegué a casa con una ampolla en el pie que me obligó a volver a la pata coja. Creo que está solucionado así que volveré a la carga en breve. En cuanto a lo de la app...es increíble lo largos que pueden hacerse 7 minutos!! Y no digo más...

Si estuviésemos tomando un café os explicaría que estoy metida ahora mismo en mil cosas a la vez. Un montón de proyectos de costura y calceta y, por si fuera poco, me ha dado por la chalkpaint. A falta de taller propio tengo el salón cubierto por una lona y mi casa es un horror lo cual, por supuesto, aumenta mi ansiedad. Así que me doy de plazo hasta el fin de semana. Pero este fin de semana también toca bricolage en pareja: tenemos que colgar unos estantes. Sólo hay dos opciones, o quedan bien o hay divorcio. Crucemos los dedos...

Si estuviésemos tomando un café os gritaría que he finalizado la operación trastero!!! Necesité una visita al punto limpio, varias al contenedor de papel y una visita de los chicos de Centro Reto para llevarse unas cosillas. Para que os hagáis una idea os diré que, para que los de Reto pudieran entrar a recoger el mueble que se tenían que llevar, tuve que quitar dos montañas de cajas. Y esto tampoco es una exageración. Ya está, ya lo he confesado. Ahora está mucho mejor y no descarto la idea de poder poner una mesita para hacer mis trabajillos...

Pero bueno, ya está bien de que hable yo. Qué me contaríais si estuviésemos tomando un café?  Alguien más a dieta? Cómo lleváis lo del ejercicio? Podéis contármelo En las nubes...