El café de los viernes

Y como quien no quiere la cosa, ya vuelve a ser viernes! Así que como ya viene siendo tradición os invito a acompañarme. Hoy tampoco traigo galletas, de hecho aún no he pedido el café. De momento tenemos la taza, una taza que, con el frío que hace se ha tenido que buscar un abrigo. (El abrigo y la tazita eran parte del regalo que le hice a Nerea en el amigo invisible de Hello Blogging estas Navidades. Está hecho con lana Wooly de color amarillo).

Si estuviésemos tomando un café os contaría que, después de mi tercera semana de dieta, la domadora me dio la enhorabuena. Esto no me había pasado nunca, de hecho creo que era la primera vez que ocurría en toda su carrera como dietista. Sigo con el ánimo por las nubes, sin ansiedad (por primera vez en mi largo historial de dietas) e incluso con no demasiado apetito por las noches. Yo creo que mi éxito esta vez está en compartirlo con todos vosotros. Así que, ¡gracias! Intentaré seguir adelante...

Si estuviésemos tomando un café os diría que disfruto muchísimo de estos cafés virtuales pero que me siguen encantando los reales. Las Lucus Camp nos reunimos desde hace unas semanas todos los viernes por la mañana. Son cafés breves porque siempre vamos a mil pero con la mayor concentración de risas y buen rollo del mundo. Pero esta semana también tuve mi café con los Desayunos con diamantes. Los diamantes son algunos de mis amigos de la especialidad, cada uno de nosotros ha seguido un camino diferente, pero seguimos reuniéndonos periódicamente (los períodos son variables y suelen depender de cuándo yo doy un toque al grupo de whattsap para organizarlo. (¿Alguna vez os había comentado lo que me gusta organizar? Pues eso, cada uno tiene su misión en la vida...). Somos amigos desde hace 14 años pero nuestra amistad se forjó en condiciones tan extremas (os aseguro que lo que compartes en una guardia cuando estás empezando la residencia es tan duro que te une para toda la vida) que, aunque no nos veamos con demasiada frecuencia, todos sabemos que podemos contar con cualquiera de los otros. Si algún diamante está en apuros, nos falta tiempo para poner en marcha el grupo de apoyo...

Si estuviésemos tomando un café os confesaría que estoy un poco estresada por el montón de proyectos que tengo en marcha. Tengo miles de labores empezadas, una fiesta de cumpleaños por organizar, un Lucus Camp a final de mes y, por si fuera poco, Carnavales. Y eso que mis hijos no han salido demasiado carnavaleros...Durante su etapa de Educación Infantil, sus profes hacen unos disfraces tan increíbles que no querían ningún otro. El problema es que ahora el mayor ya está en Primaria así que el disfraz tiene que ir de casa. El año pasado Antón no estaba muy convencido de disfrazarse pero, como yo sabía que en el último momento se arrepentiría, le hice un disfraz de dinosaurio sencillo y resultón para salir del paso. Este año la cosa ya va más en serio. Como sabéis que está en plena historia de amor con la geografía, se me ocurrió comentar un día en casa que se disfrazara de Cristóbal Colón. La que lié. En lugar de echarse para atrás el tío está encantado con la idea, así que esta tarde he ido corriendo a comprar las telas y a pedir auxilio a la santa-abuela. Así que la pobre se pasará el fin de semana cosiendo como una loca (aunque en el fondo lo hace encantada) mientras yo tengo guardia...Ya os enseñaré el resultado.

Si estuviésemos tomando un café, aparte de levantarme corriendo porque he quedado con mis Lucus y luego tengo clase de costura. Ya sabéis, hay que aprovechar el tiempo libre...

Os espero, como siempre, En las nubes. Cada vez sois más los que os atrevéis a subiros a una y acompañarme. Menos mal que en Galicia nunca faltan, así que tranquilos que hay sitio para todos.

P.D. Alma ya está con sus papás. Es una preciosidad y su mantita le queda genial...