Ya sé que ayer fue el día del padre pero me vais a permitir que aproveche mi café de hoy para hacer un homenaje a mi padre. Y es que tengo la sensación de que no paro de hablar de mis hijos y mi marido y pocas veces lo hago del resto de mi familia (a excepción de la princesa Irene, claro). Y no porque no lo merezcan...
Así que, con vuestro permiso, el café de hoy es un cafetito solo, como mucho con una gotita de leche, porque así es como lo toma mi padre. ¿Nos acompañáis?
Si estuviéramos tomando un café os diría que ésta es mi foto favorita con mi padre. Está hecha en el verano de 1980, cuando acababa de cumplir 5 años. Llevo la ropa que más me gustaba de aquella época: vaqueros de campana, alpargatas y camisa floja con bordados. Me habría vestido así a diario, y no con los vestidos que se empeñaba en ponerme mi madre. La pobre, que cose tan bien, me hacía unos vestidos preciosos que yo llegué a cortar con unas tijeras para dejar claro que lo mío eran los vaqueros. Creo que alguna vez ya os comenté que tengo bastante carácter...
Pero bueno, que me desvío del tema. Estoy con mi Barriguitas en la mano, también un clásico de la época, y posando con mi padre y mi primo (está tapado por el café por si no le apetecía verse expuesto) en el Dique de abrigo de Coruña. De este sitio guardo mis mejores recuerdos de infancia: era el sitio adonde iba de paseo con mi abuelo y era perfecto para recorrer con la bici roja de ruedines...Esta foto es, probablemente, el recuerdo de uno de los días más felices de mi infancia.
Si estuviésemos tomando un café os contaría que mi padre era de los que "estaba" poco pero intenso. Ahora a eso le llaman pasar tiempo de calidad con los niños; en los 80 se llamaba matarte a trabajar y poder disfrutar poco con tus hijos pero intentar hacerlo a tope. Supongo que ea la estrategia de muchas parejas hace años; madre en casa y padre trabajando de sol a sol. Si me preguntas si me habría gustado haber podido disfrutar más de él, la respuesta sin duda es sí. Pero las cosas son como son y no tiene sentido lamentar lo que no se puede cambiar. Ellos apostaron por poder darnos a mi hermana y a mí un bienestar económico y una educación que no veían posible de otro modo. Desde luego lo consiguieron y yo no puedo más que agradecérselo.
Pero es que yo fui una pionera del tiempo de calidad. Ya que mi padre se iba temprano y no volvía hasta la noche, yo me levantaba con él y compartía su rato de ducha y afeitado. Casi no hablábamos, pero su sola presencia para mí era bastante. Desde luego compensaba el madrugón. Y luego estaban las noches de los viernes. Noches de Un,dos, tres en las que nos permitían quedarnos hasta tarde y esperar a que llegara papá. Y llegaba acompañado de empanada de atún para cenar y el fascículo de la Enciclopedia Larousse que estaba coleccionando. ¿Sabéis que me leí la enciclopedia completa? Por aquel entonces yo ya era aficionada a la lectura y aprovechaba para leerla poco a poco. Cuando pienso en la emoción de aquellas noches de viernes todavía se me pone una sonrisa en la cara.
Si estuviésemos tomando un café os diría que os fijarais en la foto, mi padre me pasa su brazo protector sobre mi hombro y yo me acomodo sobre él. Pues eso es para mí mi padre, el abrazo, la palabra y la seguridad de que siempre está ahí. Podemos pasar una semana sin hablar pero mi padre es la certeza. Siempre lo ha sido. La certeza de que no existe nada antes que sus hijas. Podía trabajar mucho pero si había una reunión importante, un acontecimiento escolar o, por supuesto, cualquier problema de salud, allí estaba el primero.
Somos muy parecidos en carácter, ambos compartimos el famoso genio Bembibre, del que es recomendable mantenerse alejado cuando está en apogeo. Pero de él también he heredado muchas cosas buenas, el buen humor, el optimismo, la capacidad de resolución, la eficiencia. Me ha apoyado en todas mis decisiones con una confianza ciega en mis posibilidades de éxito. Sé que está muy orgulloso de mí, pero creo que yo aún lo estoy más de él.
La verdad es que en cuestión de padres siempre he sido muy afortunada: de mi padre poco más puedo añadir, mis hijos tienen el mejor padre del mundo: divertido, siempre con planes para ellos, le encanta contarles historias, les enseña y es capaz de convertir cualquier día normal en excepcional y mi suegro, el avó, es la mejor persona del mundo. Sólo espero que mis hijos puedan disfrutar muchos años de todos estos hombres buenos con ellos.
Así que hoy comparto mi café con todos los papás del mundo, con los que estuvieron y con los que están, con los que abrazan, con los que juegan, con los que enseñan y con los que acompañan. Pero sobre todo hoy lo compartiré con mi padre para decirle en directo cuánto lo quiero.
Espero que os haya gustado mi café de hoy, la semana próxima os espero En las nubes...
PD: ayer tuve cita con la Domadora. Recta final. Sólo falta 1 kilo!!
Esto no se hace! Últimamente cuando se me escapa alguna "lagrimilla" digo que es culpa de las hormonas del embarazo, pero se me hubiese escapado igual en cualquier caso. Tu historia es tu historia, pero es la historia de muchos. Esos pantalones de campana, esas camisetas anchas, las barriguitas, el un dos tres, y el Larousse (que yo no me la leí, por cierto) Gracias por compartirla. Besos
ResponderEliminarGracias a ti María!! Y yo que pensé que me había quedado un post un poco frío...
EliminarUn beso!
Que bonito tu café, Lorena!!! Mi padre no ha podido disfrutar de ninguno de sus nietos y cuando veo a algún abuelito con los suyos por la calle.... me dan los 7 males.
ResponderEliminarPero antes de dormir todos los días nos acordamos de él y espero poderles transmitir todo lo que significó para mí.
Y de lo de tu genio... no me pegas nada de nada.
Bss Lo!!
Gracias linda! Te aseguro que lo del genio es verdad de la buena...Un besiño!
EliminarQué bonito Lorena! Espero que tengáis la suerte de disfrutaros durante muchísimo tiempi, un besazo!
ResponderEliminarEso espero! Un besiño!
EliminarSoy del 75 y me has traído muchos, muchos recuerdos a mi mente. Precioso post!
ResponderEliminarGracias Estela! Muy buen año el 75...jajaja
EliminarUn post muy bonito Lorena! Te deseo que disfrutes de tu padre muchísimos años.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Luisa! Ojalá sea así, soy muy consciente de la suerte que tengo...Un besiño grande!
EliminarMe ha encantado tomarme un café contigo y con tu padre! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Nahir! Invitada estás! Besos!
EliminarHoy no voy a decir nada....solamente : Una entrada preciosa
ResponderEliminarGracias Rosario, desde el corazón...Un beso y un abrazo muy, muy especial...
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