El café de los viernes

Por fin ha llegado el viernes y con él las esperadas vacaciones de Semana Santa para los peques. Van a ser unos días extraños porque, por primera vez en 14 años, voy a pasar una semana separada de mi marido. Él se va con unos amigos a hacer el Camino de Santiago y yo me quedo con los niños trabajando y haciendo vida de familia monoparental...

Y la verdad es que me tienen un poco preocupada el tema porque estoy tan acostumbrada a funcionar en equipo que no sé muy bien si saldré airosa de la experiencia. Además, como él es el más divertido de los dos, tengo el listón muy alto así que o me pongo las zapatillas y empiezo a jugar al fútbol, o las vacaciones van a ser un fracaso...Pero vamos al ajo que aquí todos estamos deseando tomarnos ese cafetito...



Si estuviésemos tomando un café os contaría que ayer mi marido se preparó la mochila que se va a llevar el camino. Estaba tan obsesionado con el exceso de peso (es lo que tiene llevar casi 14 años casado conmigo...años y años de caras raras de azafatas cuando facturo mi maleta) que ha conseguido condensarlo todo y sólo pesa 6 kilos!!! Por curiosidad esta mañana he pesado mi mochila-bolso. ¿Sabéis cuánto pesa? ¡¡¡3 kilazos!! Eso es lo que yo me llevo a la espalda toooodo el día. Lo peor de todo es que, pese a haber revisado el contenido de mi mochila varias veces para ver si podía soltar lastre, me veo incapaz!

Esta foto la había hecho para un reto que proponían las elevenlivesplus1 pero al final me dio corte publicarla porque pensé que no le interesaría a nadie y, mira tú por dónde, ahora me sirve. Ya veis todo lo que llevo: agenda, libretas, cartera, monedero, neceser, toallitas, brillos de labios, gorro de lluvia, caramelos sin azúcar, ibuprofeno, llaves, pañuelos, bolis y té de emergencia. Y falta el Kindle!! Yo creo que no sobra nada, no?

Si estuviésemos tomando un café os diría que estoy en la recta final de la fase intensiva de mi dieta con la Domadora. Sólo falta un kilo. Esta semana no he perdido nada porque me tomé el fin de semana libres y me puse las botas, así que ahora oca compensarlo. Después de Semana Santa me dará el alta y sólo tendré que volver una vez al mes para controlarme. La verdad es que ahora me pongo sentimental y tengo ganas de agradecerle a mi Domadora que haya sido tan estricta, su cara de sargento los días que no conseguía el objetivo y su media sonrisa los días que lo superaba. Y es que, lo comentábamos ayer Lucía y yo con Fran, nuestro entrenador, una dietista no puede ser simpática. Tiene que ser una persona dura a la que te de miedo visitar, no puedes ser su amiga, tiene que ser fría y distante porque si no, por lo menos a mí, no me funciona. Antes de ponerme en +13 kilos, estaba en +5 y visité a una endocrino. Me pesó y me dijo, pero si estás estupenda, que riquiña eres (os juro que fue literal). Salí de allí y me compré una empanadilla (también es literal) y un año después estaba en +13. Por lo tanto, mano dura. Mano dura y ejercicio. Ya os había contado que desde hace dos meses voy dos días a la semana con Emma y Lucía a hacer deporte. Tenemos un entrenador que es una sol, empezamos suavecito pero, desde hace unos días, la intensidad va en aumento. Nunca pensé que llegaría el momento en que echo de menos hacer ejercicio, en que no quiero perderme por nada del mundo los días de Infantilandia. Y es que estoy empezando a descubrir los beneficios del deporte tanto a nivel mental como físico. Lucía dice que ya se nota más marcados los abdominales (yo no puedo decir lo mismo...) pero desde luego yo me encuentro genial, de hecho, tanto el martes como ayer, aún saliendo de guardia y teniendo otra al día siguiente, no me perdí las clases y salí de allí con una energía de otro planeta. No me puedo creer que yo esté escribiendo estas palabras...me habrán abducido? Si es que al final lo de dietasanayejercicio va a ser verdad...

Si estuviésemos tomando un café os contaría que esta semana me he obsesionado con la escasa afición de mis hijos y sobre si podíamos hacer algo más para cambiarlo. Mi hijo mayor está en 2º de Primaria y el pequeño en 6º de Infantil, ambos saben leer y mi objetivo es que se apasionen por la lectura. Que soy lectora empedernida no es un secreto para nadie a estas alturas. La lectura me ha acompañado a lo largo de mi vida y me ha "salvado" en muchas ocasiones así que es una prioridad para mí que mis hijos sean lectores. Como siempre, con mi tendencia a la obsesión y la exageración, todo me lo tomo a la tremenda así que os conté mis temores a través de Instagram. Aluciné con todas vuestras respuestas, hay que ver la de gente maja que hay por el mundo! Desde ayer tenemos club de lectura, nos vamos los tres a mi cama y leemos juntos un cuarto de hora, cada uno con su libro. De momento están entusiasmados y yo, pues os podéis imaginar...

Si estuviésemos tomando un café os diría que ya tengo entradas y hotel para Punto Mom, que la caravana ya está en marcha y que estoy deseando conocer en persona a tantas personas que ya conozco tanto virtualmente. Una de ellas es Vero, más conocida como iverina, que hoy estrena blog. Sé que será un éxito así que os invito a que os paséis a conocerla.

Pues os dejo ya porque me esperan mis chicas para nuestro café real de los viernes, que tengáis unas felices vacaciones, deseadme suerte con las mías...