Senderismo en Ponteceso: ruta pola ribeira do Río Anllóns

Hace una semana conocimos esta ruta gracias a unos amigos y nos pareció tan impresionante que este finde decidimos repetir. Es una ruta de unos 6 kilómetros de largo con muy poquita dificultad apta para familias. Va desde el pueblo de Ponteceso a la playa de Balarés. Nosotros la hicimos completa el primer día con nuestros hijos (de casi-6 y casi-8) sin ningún problema. En la segunda ocasión, como nos acompañaban niñas más pequeñas, decidimos acortarla y acercarnos a la playa en coche.

La verdad es que, en versión larga o corta, la ruta es una verdadera maravilla y sólo por rebozarse un rato en sus dunas vale la pena. Si queréis la información técnica de la ruta, la tenéis en este enlace de Wikiloc.

Como os decía la ruta parte de Ponteceso y comienza acompañando al río Anllóns. Por un camino de madera muy sencillo para los más pequeños vamos observando cómo el paisaje va cambiando del río a la marisma para llegar a la Ensenada da Insua. Éste es un espacio natural de alto valor ecológico y que forma parte de la Zona de Especial Protección para As Aves da Costa da Morte.

Por supuesto, hay que subir al observatorio aunque, como en nuestro caso no os interesen mucho las aves. Para los niños es un puesto de vigilancia perfecto desde donde observar la otra orilla y, si hace mucho sol, poder descansar un ratito a la sombra.

La verdad es que el paseo es una verdadera delicia para la vista. Son una maravilla todas estas postales que nos encontramos enmarcadas por los amarillos toxos. Pero el premio gordo de esta ruta son las maravillosas dunas que nos encontramos por el camino.

Quién puede resistirse a revolcarse por ellas? Yo fui fuerte el primer día pero el segundo no pude aguantar! Creo que hacía más de 30 años de la última vez y fue genial!!

El segundo día finalizamos el paseo en las dunas. Llegamos hasta aquí y nos tumbamos a la bartola casi dos horas mientras los niños se rebozaban en la arena. Pero la ruta original continua, ahora por un camino ligeramente más escarpado.

No es un tramo muy largo y ya veis que los niños lo hacen sin ayuda. Y vale la pena llegar arriba para disfrutar de las vistas del océano Atlántico.

La ruta está muy bien señalizada y bastante bien conservada, está bastante transitada pero sin agobios.

Una de las plantas más abundantes en las zonas escarpadas es la namoreira o "herba de namorar". Es una flor pequeña y aparentemente frágil de un color rosa claro precioso y se denomina así porque, según la leyenda, si se la introduces en el bolsillo a tu enamorado la noche de San Juan, un hechizo hará que se enamore para siempre. Si alguien lo prueba que me informe, nunca se sabe...

El paisaje cambia tanto que la ruta resulta muy amena y, sin darte cuenta, estás en la playa.

El primer día, pese a que fue en Semana Santa, como el tiempo era regular, no había mucha gente. Sin embargo, cuando volvimos este fin de semana, la afluencia ya era bastante mayor, no quiero pensar cómo será en agosto...

Para comer podéis elegir entre el picnic en el área recreativa, que fue nuestra opción, o bien comer en el restaurante que está a pie de playa. Si os decidís por esta última, se trata del Restaurante Miramar y el teléfono para reservas es 605240657.

En todo caso, lo que sí os recomiendo, es que os toméis algo en su terraza. Las vistas son espectaculares. ¿Recordáis el café del pasado viernes? Pues sí, era en esta terraza...no digo más.

Y después de descansar un rato toca emprender el camino de vuelta que hicimos  siguiendo la misma ruta.

Ya os decía que la mayor parte de la ruta no tenía ninguna complicación. Y como muestra un botón: Antón y su amigo charlando tranquilamente mientras avanzamos...

¿Qué os ha parecido la ruta? ¿Os animáis a hacerla? Si os apetece, podéis contármelo En las nubes...