Por fin ha llegado el último viernes antes de mis vacaciones. Como todos los años, llego al límite de mis fuerzas y ese sprint final se me está haciendo cuesta arriba pero ya casi estamos. En menos de una semana estaré de vacaciones hasta septiembre.
Y, aunque voy a seguir asomándome todos los viernes por esta ventanita, este día es especial así que, prepárate, coge tu café porque arrancamos.
Si estuviésemos tomando un café lo primero que haría sería contarte los progresos de mi huerto. Ya ves que los tomatitos van creciendo (NOTA: esas cositas redondas de color verde que puedes ver a la derecha de mi taza son mis primeros urban cherries...;-)) y que muy mal se tienen que dar las cosas para que este año, por fin!!, no pueda comerme una de mis lechugas caseras. El otro día presumía de huerto con alguien (porque ya sabes que me vengo arriba y que, aún a falta de haber logrado mi primera hortaliza, yo ya me pavoneo...) que me decía que no entendía mi pasión por esta historia de las verduras urbanas; que total, al final me comería unos tomatitos y ya. Supongo que no le falta razón pero a mí ya me picó el gusanillo del agricultor, es de las primeras cosas que miro cuando me levanto y ya empiezo a preocuparme por la falta de agua en el verano gallego. Lo sé, terrible, pero es que los de campo somos así...
Si estuviésemos tomando un café te contaría que que esta semana fui al concierto de Sting. Era el último regalo de Reyes que me faltaba por disfrutar y no me defraudó. Me encanta Sting desde siempre. Hace 22 años había estado también en mi ciudad participando en el Concierto de los mil años. En aquel momento estuve a punto de ir a la rueda de prensa y conocerlo más de cerca porque el padre de una de mis compañeras de instituto era periodista. Al final, mi amiga suspendió inglés y su padre la castigó sin rueda de prensa y, por supuesto, yo iba en el lote con lo que me quedé con las ganas. Esta vez tampoco pude verlo de cerca pero su música volvió a hipnotizarme desde el primer segundo. No tiene una voz excepcional ni el show era espectacular pero sus letras y su magnetismo funcionan a la perfección.
Si estuviésemos tomando un café te contaría que nuestro verano sigue viento en popa. Hace años que no recuerdo un tiempo más caluroso que el de este julio. Tardes de piscina, de playa, planes con amigos...mis hijos tienen el listón tan alto que ya no se conforman con cualquier cosa. Una tarde de salir a merendar con mamá les parece un castigo!! Creo que les tengo mal acostumbrados...Y, por si fuera poco, tenemos en marcha el Lucus Camp III. Dentro de una semana volveremos a reunirnos todas, esta vez con niños, para disfrutar de una acampada de verdad con tiendas de campaña y hoguera incluidas. Te mantendré informado...
Si estuviésemos tomando un café te diría que ayer, en mi línea de aprovechar todas las oportunidades, estuve en la Cheese, Music and Wine Summer Party que organizaba el Hotel Hesperia en su Secret Room. Disfrutar de una degustación de quesos de la Queixería Praza de Vigo escuchando música y disfrutando de una puesta de sol impresionante desde la terraza de la Secret Rooom es lo que yo llamo planazo. No conocía este espacio que el hotel tiene disponible para eventos pero me alucinó. Si a todo esto le sumas la genial compañía de Lucía, Emma y Paula (y sus consortes, que no se celen...) tienes como resultado una noche genial.
Lo malo de las noches geniales es que al día siguiente hay que madrugar, así que termino mi café y me pongo al lío. Espero que tu semana haya sido buena, si te apetece nos vemos el lunes...
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