Inside out o la reinvindicación de la tristeza

El sábado fuimos al cine. Día gris y peli de dibujos recién estrenada nos llevaron de cabeza al centro comercial dispuestos a disfrutar de una tarde con amigos. La elegida en esta ocasión fue "Inside Out" o "Del revés".

3 madres y 5 niños de entre 6 y 10 años, un bol-piscina de palomitas y empezamos.


La peli es muy buena, las madres salimos encantadas y a los niños les entretuvo todo el rato pero, salvo porque es de dibujos, no es una peli para niños. Lo único que entendieron mis hijos es que es una niña que se muda de ciudad y se pone triste y cada una de sus emociones, sus pensamientos y sus recuerdos son unas bolitas que circulan y se almacenan. Fin.

Bueno, en realidad recuerdan todos los detalles mucho mejor que yo, el nombre de cada una de las islas, cómo van vestidos cada uno de los personajes, lo malo que es el brécol (jajaja)...y mi hijo mayor fue capaz de darse cuenta de que, aunque Alegría es la más guapa, todos hacen falta en nuestras vidas.

Las madres, además de llorar a moco tendido, salimos impresionadas y, en mi caso, con muchas ganas de escribir este post. Supongo que ya sabes de qué va la peli; cinco emociones, cada una representada con un personaje, con una protagonista indiscutible: Alegría. La chica delgada, simpática, con el corte de pelo estiloso, incluso más alta que los demás. Sin embargo, la pobre Tristeza es gordita, con gafotas, jersey de cuello vuelto (mientras Alegría va en tirantes...), apocada...

La peli es una sucesión de aventuras en las que Alegría lleva la voz cantante y Tristeza es la rémora con la que tiene que cargar. Es una alegoría del mundo en el que vivimos: lo que mola es la belleza y el éxito, no llores ni estés triste, sólo disfruta. Pues nada de eso señores.

Es evidente que todos buscamos la felicidad pero lo importante es disfrutar del camino. La moraleja de la peli es que todas las emociones son necesarias, no hemos de tener miedo a estar tristes. La tristeza nos hace darnos cuenta de que algo en nuestras vidas no va bien y nos hace pedir ayuda. Nos acerca a los que nos quieren y nos hace más fuertes.

Así que reinvindico el derecho a la tristeza, la necesidad de la ira de vez en cuando, el asco aunque te guste el brécol, el miedo que nos ayuda a sobrevivir y, sí, también la alegría. Y desde aquí les diría a los señores de Disney, que seguro que me leen, que por favor, no hacía falta una Tristeza tan fea.

Y tú, has visto la peli? Te ha gustado? Si te apetece cuéntamelo En las nubes...