lunes, 14 de septiembre de 2015

A cada uno lo suyo

Cuántas veces he oído el comentario referido a los hijos: pues no sé cómo han salido tan diferentes si yo los he tratado igual...Muchas de las personas que hacen esta afirmación supongo que se refieren a que les transmiten los mismos valores porque si no mal vamos...



Como ya sabes, tengo dos hijos, y pese a compartir padres y haberse alojado en el mismo útero (con sólo dos años de diferencia además), no pueden ser más diferentes. Físicamente no se parecen mucho pero el carácter...ay el carácter. Donde uno es blanco el otro es negro.



Antón, el mayor, es la extroversión hecha niño. Divertido, echado "palante", disfruta de la vida como un reto constante y no hay desafío que se le resista. Pero también es sensible y madurísimo para su edad lo que hace que se plantee cuestiones difíciles de manejar con su perspectiva de 8 años. Pero su carácter abierto hace que sea permeable a sus padres o a cualquier interlocutor que él considere válido, si sufre no tarda ni medio segundo en manifestarlo y pedir ayuda. Es accesible y transparente y eso facilita muchísimo la tarea.

Con él he tenido hace unas semanas la siguiente conversación: Antón, tú crees que soy una buena madre, le preguntaba yo. Mamá, a mí me pareces una madre estupenda, porque siempre te acuerdas de todo y estás muy atenta (seguro que esta característica de mi carácter le llama la atención por lo despistado que es él), pero no me gusta cuando te enfadas con nosotros. Pero tú crees que me enfado mucho? No mucho, la verdad, pero no quiero que tus ojos no se rían.

Esto que te acabo de contar no es una situación figurada. Esta charla, más o menos literal, la mantuvimos en un paseo que nos dimos los dos por la playa hace unas semanas y, como creyó que a lo mejor sus palabras podían hacerme daño, finalizó con una abrazo inmenso. Porque este niño además de todo lo anterior, es el rey de la empatía.

Anxo, el pequeño, es el polo opuesto. Es muy alegre, no te vayas a pensar, y despierto como una ardilla pero su carácter es hermético. Es de difícil acceso emocional, sabes que está mal pero él nunca lo dice. Hay que manejarlo con cuidado porque si no se cierra como una concha. Jamás podría mantener con él una conversación como la que te contaba con Antón.

De momento sólo hemos encontrado una forma de acceder a él: el abrazo, el contacto físico, la caricia. De esta manera a veces obtenemos el premio: que nos cuente su problema, que sea capaz de verbalizar que no quiere ir al campamento, que le preocupa que su amigo le de patadas a su mochila o que quiere que yo le recoja a la salida del cole.

Probablemente el hecho de que Anxo sea el pequeño de nuestra casa y Antón el mayor de todos los primos haya influido bastante en el desarrollo de sus caracteres, al fin y al cabo Anxo siempre ha ido de la mano de su hermano lo cual le ha facilitado mucho las cosas, pero el caso es que son diferentes.

No sé si estaré haciendo bien pero yo continuaré abrazando a Anxo, acercándome a él como me deje. Seguiremos trabajando para intentar conseguir que cambie, que le resulte más fácil enfrentarse a nuevas situaciones. Y con Antón, también continuaremos igual, con la tranquilidad que nos da saber que nos va a contar todo lo que pase por su cabeza.

Comparten valores y principios pero sus necesidades emocionales son distintas y como tales hemos de tratarlos. Espero que no nos estemos equivocando.

¿Y tú? ¿Algún introvertid@ en la sala? Cuéntamelo En las nubes...

8 comentarios:

  1. Bufff sobre esto podríamos hacer un master, yo siempre me pregunto, ¿lo estaremos haciendo bien? como lo hablabamos, con sentido común, el nuestro. Pues pienso que si. Yo conozco a estos dos pequeños y creo que lo estáis haciendo genial y cada uno es especial.
    Besos

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  2. no sabes cuanto te entiendo.. a mi me pasa el pequeño extrovertido a tope... el mayor introvertido, timido.. y no se a veces ni como acceder a esa cabecita..... y me pregunto como dice Lucia ¿lo estaré haciendo bien?

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  3. Los míos igual, no se pueden ser mas distintos, ni físicamente ni de personalidad. Cada uno a su manera, aún hoy le tuve q explicar a adri (q se estaba metiendo con su hermano por escoger jumping en vez de tenis) q cada uno tiene q escoger lo q le gusta sin importar lo q piensen los demás y q desde luego en nuestra casa vamos a respetar los gustos de cada uno.

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    1. Claro que sí Alba! Es muy importante enseñarles a mantener sus opiniones sin importarles lo que piensen los demás de ellos. Un besiño

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  4. Yo tengo tres, muy diferentes entre sí y como bien dices, con necesidades emocionales diferentes. Y con uno de ellos me siento totalmente identificada con lo que cuentas de Anxo. Introvertido, supongo. Sufro cuando le veo pasarlo mal y no soy capaz de identificar el porqué (creo que ni el mismo lo tiene claro). En esos momentos se cierra y se abre un abismo entre él y los demás. Me alegra que hayais encontrado una forma de conectar con Anxo en esos momentos. Yo tadavía estoy buscándola. Cuando está así rechaza los abrazos y el contacto, al menos durante un tiempo.

    Últimamente he conocido una descripción de introvertido/extrovertido que me ha hecho reflexionar. La diferencia en el planteamiento (respecto a lo que yo conocía) está en que pertenecemos a uno u otro grupo por la forma en la que CONSEGUIMOS/RECARGAMOS ENERGIA.
    Más o menos es algo así: Introvertidos = necesitan su espacio. Soledad. Tiempo para rumiar.
    Extrovertidos = necesitan compañia, poder contar, verbalizar y comunicar lo que les pasa.
    Así que a cada uno hay que permitirle tener lo que necesita para recargar las pilas. Pero no siempre es fácil respetar todos los ritmos. Ese es mi reto.

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    1. Me ha encantado esa descripción Cecilia y creo que define a mis hijos a la perfección. Muchas gracias por compartirla!

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