No es que me haya vuelto loca; sé perfectamente que 2016 empezó hace casi un mes pero las semanas han ido pasando sin que yo me hubiese decidido a sentarme un ratito contigo para compartir nuestro café.
Pero creo que ya ha llegado el momento de retomar las buenas costumbres y por eso estoy aquí, preparada para que nos tomemos El café de los viernes.
viernes, 29 de enero de 2016
miércoles, 20 de enero de 2016
Una suerte pequeña
El post de hoy es el más largo de la historia. No por su cantidad de palabras sino por el tiempo que llevo pensándolo. Esto que te cuento hoy empecé a escribirlo hace muchos días, en concreto el 31 de diciembre del año pasado. Era un día feliz y, mientras viajaba en coche con toda mi familia al encuentro de nuestros amigos para celebrar el fin de año, no pude evitar sentir un poco de nostalgia por 2015.
Porque a mí 2015 me hizo muy feliz; estábamos a gusto juntos y yo no quería que terminase...es una sensación parecida a la vuelta de un campamento de verano: sabes que te esperan cosas nuevas por vivir pero no quieres abandonar los días felices que estabas disfrutando. Y es que a mí, el campamento 2015 me trató tan bien...
El año pasado estuvo lleno de suertes pequeñas. Tomo prestado este término del libro de Claudia Piñeiro que te recomendaba aquí porque creo que no lo hay mejor para definir lo que te voy a contar. La gran mayoría de las cosas que leerás a continuación no van a pasar a la historia, a lo mejor muchas de ellas ni siquiera yo las recuerdo en poco tiempo, pero se han reunido en estos meses para hacerme muy feliz.
He tenido la suerte pequeña de poder disfrutar de mis hijos con salud; mía y suya. Mucha gente sólo piensa en la salud cuando no la tiene pero yo, gracias a mi trabajo, tengo la fortuna de valorar esto mucho, muchísimo.
He tenido la suerte pequeña de seguir compartiendo mi vida con mi gran amor. Ese chico con flequillo y algún grano que se sentó en el asiento de atrás en 2º de BUP es mi compañero incansable, el mejor padre del mundo y mi complemento perfecto. Ya no tiene flequillo pero tampoco granos y aquí seguimos, juntos desde hace tantos años...
He tenido la suerte de disfrutar de mi familia, de mi hermana, de mis padres, de mis sobrinos. He estado más cerca de algunos de mis primos y eso me ha hecho valorar y recordar con nostalgia pero con mucho cariño mi infancia. Porque la familia, y los primos en especial, son la mejor conexión con el pasado y a mí, de vez en cuando, me gusta recordar...
He tenido la suerte pequeña de seguir disfrutando de mi trabajo. Un trabajo a ratos estresante, a ratos divertido, a ratos agotador, pero siempre, siempre el mejor trabajo del mundo. He estado rodeada de compañeros fantásticos con los que he compartido algunos de los mejores momentos del año. Han sido tan buenos que casi olvido la gente tóxica y desagradable. Que también la hay, aunque afortunadamente son muchos menos...
He tenido la suerte pequeña de seguir al lado de muchos amigos que me acompañan desde hace años pero también he hecho muchos nuevos que han llegado para quedarse. Con ellos he reído y he llorado, he viajado y he compartido experiencia fantásticas.
He tenido la suerte pequeña de celebrar mis 40 años en este mundo rodeada de mucha de la gente que me quiere. He cumplido 14 años al lado de mi persona favorita y como regalo nos fuimos de viaje a Londres con nuestros pequeños. Antón ha cumplido 8 y Anxo 6 y yo sigo alucinando con lo rápido que pasa el tiempo.
He tenido la suerte pequeña de embarcarme en una aventura empresarial que, ni en mis mejores sueños pensaba que fuera a darme tanto. Y no hablo de lo material.
Y he seguido asomándome por aquí porque tú eres una de mis mejores suertes pequeñas. Estás al otro lado esperándome y me disculpas cuando tardo un poco en venir porque sabes que, cuando vengo, lo hago de corazón. Y eso es lo que nos gusta a los dos, a que sí?
Por todas estas razones no quería dejar atrás a 2015 pero, ahora que ya han pasado algunos días, ya tengo la impresión de que 2016 y yo vamos a llevarnos bien. y, si te apetece, te lo iré contando por aquí.
Porque a mí 2015 me hizo muy feliz; estábamos a gusto juntos y yo no quería que terminase...es una sensación parecida a la vuelta de un campamento de verano: sabes que te esperan cosas nuevas por vivir pero no quieres abandonar los días felices que estabas disfrutando. Y es que a mí, el campamento 2015 me trató tan bien...
El año pasado estuvo lleno de suertes pequeñas. Tomo prestado este término del libro de Claudia Piñeiro que te recomendaba aquí porque creo que no lo hay mejor para definir lo que te voy a contar. La gran mayoría de las cosas que leerás a continuación no van a pasar a la historia, a lo mejor muchas de ellas ni siquiera yo las recuerdo en poco tiempo, pero se han reunido en estos meses para hacerme muy feliz.
He tenido la suerte pequeña de poder disfrutar de mis hijos con salud; mía y suya. Mucha gente sólo piensa en la salud cuando no la tiene pero yo, gracias a mi trabajo, tengo la fortuna de valorar esto mucho, muchísimo.
He tenido la suerte pequeña de seguir compartiendo mi vida con mi gran amor. Ese chico con flequillo y algún grano que se sentó en el asiento de atrás en 2º de BUP es mi compañero incansable, el mejor padre del mundo y mi complemento perfecto. Ya no tiene flequillo pero tampoco granos y aquí seguimos, juntos desde hace tantos años...
He tenido la suerte de disfrutar de mi familia, de mi hermana, de mis padres, de mis sobrinos. He estado más cerca de algunos de mis primos y eso me ha hecho valorar y recordar con nostalgia pero con mucho cariño mi infancia. Porque la familia, y los primos en especial, son la mejor conexión con el pasado y a mí, de vez en cuando, me gusta recordar...
He tenido la suerte pequeña de seguir disfrutando de mi trabajo. Un trabajo a ratos estresante, a ratos divertido, a ratos agotador, pero siempre, siempre el mejor trabajo del mundo. He estado rodeada de compañeros fantásticos con los que he compartido algunos de los mejores momentos del año. Han sido tan buenos que casi olvido la gente tóxica y desagradable. Que también la hay, aunque afortunadamente son muchos menos...
He tenido la suerte pequeña de seguir al lado de muchos amigos que me acompañan desde hace años pero también he hecho muchos nuevos que han llegado para quedarse. Con ellos he reído y he llorado, he viajado y he compartido experiencia fantásticas.
He tenido la suerte pequeña de celebrar mis 40 años en este mundo rodeada de mucha de la gente que me quiere. He cumplido 14 años al lado de mi persona favorita y como regalo nos fuimos de viaje a Londres con nuestros pequeños. Antón ha cumplido 8 y Anxo 6 y yo sigo alucinando con lo rápido que pasa el tiempo.
He tenido la suerte pequeña de embarcarme en una aventura empresarial que, ni en mis mejores sueños pensaba que fuera a darme tanto. Y no hablo de lo material.
Y he seguido asomándome por aquí porque tú eres una de mis mejores suertes pequeñas. Estás al otro lado esperándome y me disculpas cuando tardo un poco en venir porque sabes que, cuando vengo, lo hago de corazón. Y eso es lo que nos gusta a los dos, a que sí?
Por todas estas razones no quería dejar atrás a 2015 pero, ahora que ya han pasado algunos días, ya tengo la impresión de que 2016 y yo vamos a llevarnos bien. y, si te apetece, te lo iré contando por aquí.