Lucus Camp IV: bienvenida Tadea!!

Este fin de semana hemos celebrado la cuarta edición del Lucus Camp, una excusa con nombre bonito para reunir a un grupo de amigas y compartir risas, confidencias y comida, muuuucha comida, durante un fin de semana. En esta ocasión teníamos la disculpa perfecta: celebrar una fiesta sorpresa a Rosa Ana, que estaba a punto de dar a luz a Ana (bautizada cariñosamente Tadea por sus tías Lucus), la primera bebé Lucus.

Peri la pequeña Tadea quiso regalarnos una sorpresa y decidió adelantarse una semana (hay que reconocer que nos gusta el riesgo y sólo a nosotras se nos ocurre organizar la fiesta sólo 8 días antes de que saliera de cuentas...) naciendo en plena celebración del Lucus Camp.
Que nadie piense que somos unas inconscientes; nos íbamos a una casa rural, pero a 20 minutos de un hospital, con dos médicos en guardia permanente y material médico para atender todos los partos de ese pueblo durante un año. Y aquí, entre nosotros, te confieso que me repasé unos cuantos vídeos para refrescar mis conocimientos obstétricos, que ya sabes tú que somos muy de venirnos arriba...

Pero creo que Tadea no lo tenía tan claro como nosotras y decidió adelantarse un poco y no correr riesgos con sus tías Lucus. Así que, después de quedarnos hasta las tantas de la madrugada recortando papeles, hinchando globos y preparando todo para darle la sorpresa a Rosa Ana, nos despertamos el sábado con la noticia de que no iba a poder acompañarnos.

Foto de lacoruñalifestyle

Así que cambiamos baby-shower por un día de risas y comida non-stop pegadas al teléfono esperando las noticias de Rosa Ana que nos iba actualizando su santo marido. Con cada nuevo avance en su dilatación un mensaje de ánimo que le enviábamos por whattsap y así, poco a poco, llegamos a la una de la mañana con la noticia y la imagen del nacimiento de nuestra pequeña Tadea.

Hay poco más que pueda añadir porque en realidad el Lucus Camp sólo consiste en eso: unas horas (cuantas más mejor) compartidas con amigas. Hablamos de nuestros problemas, de nuestros sueños, de proyectos, nos reímos mucho, muchísimo. Somos muy distintas, tanto que parece increíble que hayamos encajado tan bien.

Creo que, antes de conocernos, todas pensábamos que ya teníamos todos los amigos que necesitábamos. Ninguna de nosotras buscaba esto pero ocurrió. El sábado por la tarde, mientras estábamos sentadas todas juntas, me callé un momentito y las miré una a una. Ellas no se dieron cuenta pero yo me sentí muy orgullosa porque, aunque no tengo ningún mérito, no puedo evitar ser un poco madre de esas mujeres que siempre están ahí y se quieren como hermanas. A veces me toca poner un poco de orden pero siempre, siempre, siempre, el amor y las ganas son suyas.

Queridas Lucus, si no existierais, habría que inventaros. Bienvenida Tadea, no sabes todo el cariño que te espera de tus tías. Y gracias Rosa Ana (y Fer) por habernos dejado compartir con vosotros ese momento.