Gracias a los libros yo he viajado por todo el mundo, he vivido historias de amor, he resuelto asesinatos. He sido prisionera de la inquisición e inmigrante en Nueva Zelanda. He sido escritora, policía, abogada, ama de casa, modista y maestra. Y todo sin moverme de casa.
Pero, pese a eso, ninguno de los dos mostraba el más mínimo interés por aprender a leer ni por la lectura. Sin embargo, con paciencia y algunos trucos todo cambió.
Si a tus hijos no les gusta leer pero tú estás convencido de que deberían hacerlo. Si te mueres por llegar a casa un día y encontrártelos leyendo en silencio en el salón. Si te encantaría que te pidieran libros como regalo en su próximo cumple, entonces éste es tu post.