Te contaba en mi otro post que, desde hace unos años, yo he cambiado mi forma de viajar. Será cosa de la edad pero, después de mucho años de patear ciudades sin dejar un monumento o un museo que visitar, ahora sólo paseo. Ahora valoro más tomar un café sentada en una terraza viendo pasar la gente o comer en algún restaurante que me hayan recomendado. Así que, si buscas una guía detallada de Lisboa, éste no es tu lugar. Eso sí, si te apetece ver cómo vivimos nosotras la ciudad. Si te apetece ver sus calles, su gente, si te apetece darte un paseo en barco con nosotras o compartir un pastel de nata. ponte cómodo porque empezamos.
La planificación de nuestro viaje fue fácil. Lo único que hicimos fue buscar una casa ideal en Airbnb y eso a mí se me da de cine. Siempre encuentro verdaderas joyas y nuestro piso lisboeta no fue una excepción: una casa Pinterest en pleno Barrio Alto. Y con terraza. Para compensar era un 5º sin ascensor y el olor a perro mojado que llegaba hasta el segundo nos hacía subir en apnea, pero es que si no, a estas alturas estaríamos empadronadas allí.
Teníamos casa, alguna librería seleccionada para visitar, un par de tiendas y otros tantos restaurantes. Hora de salida acordada y transporte, lecturas elegidas, las cámaras de fotos con las baterías cargadas y los móviles listos. Ya podíamos salir.
En este viaje no hubo museos ni monumentos; en este viaje sólo hubo Lisboa. Durante unos días intentamos ser unas lisboetas más. Cenar en el restaurante del bajo de nuestra casa, manteles de cuadros y hules con visión directa a la cocina, desayunar un pastel de nata mientras los clientes habituales se toman su café en la barra, cruzar en barco a Caçillas...
En este viaje disfrutamos de mercados, de paseos interminables por cuestas infinitas, de trayectos en autobús, de caminar sin rumbo fijo, de parar a tomar un café para resguardarnos de la lluvia. De despertarnos sin despertador y quedarnos hasta las tantas hablando. De lecturas y fotografías. Todo esto fue Lisboa para nosotras.
Si tuviera que decirte tres sitios que no te puedes perder en tu visita a la ciudad los tengo claros: el paseo en barco hasta Caçillas y la comida en el restaurante Ponto Final sería, sin duda el primero. Es un sitio tan perfecto y se come tan bien que cuando lo estés disfrutando te parecerá increíble que este sitio exista de verdad.
Tampoco te puedes perder una visita a LX Factory, unas naves industriales abandonadas y ahora acondicionadas para albergar tiendas de artesanos y locales de ocio y, por supuesto, la librería Ler Devagar, para mi gusto la más bonita de Lisboa.
Lo tercero que te recomendaría es que visites Lisboa sin prisas. Que te sientes a ver un atardecer, que subas a ver las vistas de la ciudad a alguno de sus miradores, que subas en el elevador de Santa Justa o en de A Bica y, sobre todo, que vayas con los ojos bien abiertos porque Lisboa es epectacular en el rincón más inesperado.
Pero, sobre todo, y sé que lo vas a hacer, te recomiendo que te rodees de la mejor compañía. Porque Lisboa es una ciudad para compartir. Para mí, de ahora en adelante, Lisboa será una ciudad de las Cantábricas, una ciudad de pasteis de nata, de dormir en el poleiro (la cama donde yo dormía estaba en un altillo al que se subía por unas escaleras), de meia de leite para desayunar, de bacalao, de librerías, de subir y bajar cuestas y, sobre todo, de amistad y de risas. Queridas, yo ya estoy pensando en la siguiente aventura, no llevéis muy lejos vuestras maletas!
Sabes qué? No lo pienso decir,no pienso dejarlo por escrito pero ha sido recordar nuestro viaje y ...
ResponderEliminarNo me canso de decirlo me podría ir a una casita aislada de un pueblo perdido con vosotras y seguiría disfrutando tantísimo.
Mejor que Lisboa, es sin lugar a dudas, Lisboa con las Cantábricas!!
Besines desde Denmark, pronto, muy pronto abrazos en directo
Que ganitas de vokverca Lisboa. Por tus fotos y tus palabras veo que mi Lisboa sigue tal cúal la deje hace 10 años. Y hasta mejor (leer devagar aún no existia). Yo viví nueve meses en un quinto sin ascensor de escaleras malolientes en Alfama. Pero las vistas al Tejo eran espectaculares. Ni te imaginas lo que hecho de menos un té, mirando por la ventana al rio y a Chafariz de dentro llena de pescateras y cantantes de fado charlando. Saudades
ResponderEliminarYo si que no voy a decir la envidia que me dáis, tanta que bueno.... pero como dice mi madre, todo no se puede. Quizás para el siguuiente. Preciosas fotos. Besos
ResponderEliminarQue afortunada!! Ganitas tengo yo de un viaje así, pero los míos aún son muy pequeños, con leerte me ha valido para transportarme un poco allí, aunque fuese hace cuatro años y embarazada!.
ResponderEliminar¡Qué maravilla, Lo! Me encanta Lisboa, pero los sitios que nos recomiendas no los conozco y con las fotazas que has hecho ¡todo me parecía nuevo!. Coincido totalmente con tu forma de viajar, yo también, ahora, soy de esas. Por cierto, ¡qué buena ciudad, Lisboa, para endurecer glúteos,jajaja!
ResponderEliminarMe encanta!! Asi me gusta viajar a mi, sin prisas, sin objetivos, viviendo la ciudad. Me ha gustado mucho vuestro viajes
ResponderEliminarBesos!