Hace un par de semanas que falto a mi cita de los viernes y no sabes cuánto lo echo de menos. Esta última temporada ha sido de mucho movimiento y no he encontrado el momento de sentarme tranquilamente para que nos tomemos un café. Así que, si aún sigues al otro lado, te invito a charlar un rato, aunque sea lunes...
Si estuviésemos tomando un café te contaría que desde hace unos días voy como pollo sin cabeza porque dentro de una semana emprendo una aventura importantísima. Me voy como cooperante a Senegal. Es un sueño que tengo desde hace años, incluso desde antes de ser médico, pero nunca encontraba el momento personal idóneo para hacerlo ni un proyecto en el que pudiera encajar. Hasta que hace un año una amiga me habló de una ONG de mi ciudad, Ecodesarrollo Gaia.
Trabajan en Coruña en la atención a inmigrantes y también en Senegal, en la localidad de Yoff, que está muy cerca de Dakar. Allí construyeron una escuela que, además de utilizarse para dar clases, sirve también de punto de reunión para toda la comunidad. Y, una vez al año, se convierte en un consultorio médico al que se desplazan sanitarios voluntarios para dar atención primaria. Se recogen medicinas y todo tipo de material médico y también ropa, fundamentalmente para niños, que proceden de donaciones de farmacias y particulares y con todo esto se monta una consulta durante dos semanas. Así que allí estaré a partir del día 12, intentando ayudar en todo lo que buenamente sepa.
No voy allí con intención de cambiar el mundo sino con ganas de aprender y de poner mi pequeño granito de arena. De momento la experiencia no puede ser más positiva: ver las montañas (y no es exageración) de medicamentos donados por mis compañeros, que desbordaron la tímida cajita con el rótulo "MEDICAMENTOS ONG SENEGAL LORENA", recoger las donaciones de tantas farmacias que han querido colaborar con nosotros y de tiendas y particulares que nos han dado muchísima ropa y calzado, enterarte de que tus amigos han hecho donaciones en la campaña de crowfounding o que otros se han organizado para comprar medicinas para que nos llevemos, todo esto me ha hecho saltar las lágrimas en varias ocasiones. Que ya me dice mi amiga Bea que, si sigo emocionándome así, no voy a poder bajarme del avión!
Hemos trabajado duro estos días recogiendo, clasificando y organizando todo el material, pero ver esas cajas llenas de tanta esperanza y saber que van a llegar directamente allí, es otro de los regalos que ya me ha dado este proyecto.
No sé cómo viviré estas dos semanas alejada de mi familia, es la primera vez que me separo tanto tiempo de mis hijos y sé que me va a costar, pero también es eso me están dando una lección. Mi marido es el principal apoyo en la enésima aventura en la que me embarco; mi familia, después de un primer momento de preocupación, porque África siempre son palabras mayores, enseguida se pusieron manos a la obra aportando medicinas e ingeniería familiar para que los niños lleven bien estas dos semanas sin mamá; y ellos, mis hijos, pues pensando sobre todo en los planes de chicos que van a organizar en mi ausencia, que como sigan así me voy a tener que coger un taxi para volver del aeropuerto!!
Espero que tú también me acompañes en este viaje, yo por mi parte voy con la intención de contarte desde el terreno cómo está resultando todo. Así que, si estás dispuesto, ponemos rumbo a Senegal!