¿Recuerdas aquella frase que Obelix repetía en sus cómics? "Están locos estos romanos..." Pese a que nunca fui una gran lectora de este tipo de libros, estas últimas semanas no me quito estas palabras de la cabeza. Porque yo no entiendo nada y cada vez con más frecuencia tengo la impresión de ser una extraterrestre o de no entender el mundo en el que vivo.
Voy a empezar con una confesión: cada vez tolero menos las redes sociales. En los últimos tiempos se han convertido para mí en una fuente de malestar, me siento agredida por la vehemencia y en ocasiones la mala educación con la que muchos se manifiestan en ellas. Antes bastaba con decidir si eras del Madrid o del Barça, arriesgando mucho si eras Colacao o de Nesquik, pero ahora cualquier cuestión por pequeña que te parezca es motivo de debate encarnizado. El agua mineral, los azúcares, los colegios, la lactancia...y, por supuesto, la maternidad. Ahora no vale con ser madre, ahora se te exige que definas tu postura al respecto y que la defiendas a muerte.