La semana pasada fallé a nuestra cita por dos razones importantes: falta de tiempo y falta de ganas. La verdad es que después de vivir el domingo pegada a Twitter siguiendo cómo se desarrollaban los acontecimientos en Cataluña, no tenía el cuerpo para muchas fiestas. A lo mejor te parece exagerado que esto pueda afectarme así pero no lo puedo evitar. Sin embargo, el martes la literatura volvió a reconciliarme con el mundo.
Los que me seguís desde hace tiempo, especialmente si leéis mis recomendaciones literarias en Instagram, sabéis lo mucho que disfruté leyendo Del color de la leche. Aunque lo leí en enero de 2016, es una de esas lecturas que nunca me ha abandonado. Por la historia, por cómo está escrita, por la edición tan agradable de la editorial Sexto Piso, por la vigencia a día de hoy de lo que cuenta, es uno de esos libros que hay que leer sí o sí.