Soy incapaz de recordar la de meses que hace que no compartíamos un café. Y tiene delito porque con lo que me gusta a mí tomar café con los amigos...
Creo que tengo el síndrome de la pantalla en blanco...hay demasiadas cosas en mi cabeza pero no encuentro la manera de trasladarlas aquí...pero, como supongo que la manera de vencer esto es ponerse manos a la obra, vamos allá.
Esta mañana, además del virtual, me he tomado mi habitual café mañanero al dejar los niños en el cole. He estado un rato observando al camarero y he llegado a la conclusión de que se merece un monumento. No te puedes imaginar la combinación de cafés que pueden llegar a pedirse en los diez minutos escasos que duró mi observación: descafeinado de máquina doble, solo largo en vaso, con leche sin lactosa con azúcar moreno, clarito en vaso con sacarina (el mío, entono el mea culpa), cargado en vaso, cortado con sacarina, uno templado...y estoy segura de que me olvido de alguno, que tampoco iba a estar espiando al pobre camarero toda la mañana.
En serio, que te den todo esto y por 1,10 euros el café, incluyendo un chupito de zumo de naranja natural y una rodaja de bizcocho, me parece que es como para estar agradecidos. Y, por si fuera poco, casi siempre de buen humor y memorizando tus preferencias en cuanto visitas el local unas cuantas veces. ¿Es o no es para hacerle un homenaje? Que son esas pequeñas cosas a las que no damos importancia pero que te alegran la vida.
Sé que el tema de los grupos de whattsapp de padres del cole ya está muy trillado a estas alturas. Confieso además que tengo la fortuna de no pertenecer a ninguno que esté activo en la actualidad; en nuestro reparto de tareas mi marido ha sido agraciado con ser el representante familiar en todos los chats de fútbol, natación y deportes varios. Por si fuera poco, tengo que reconocer que, de alguno de esos grupos surgieron amistades de verdad que perduran hoy en día. Soy una privilegiada.
Pero esta semana hemos vuelto a recordar tiempos pasados gracias a una excursión a la nieve. Imaginaos: grupo de whattsap de más de 100 padres. Objetivo: informar sobre la excursión. Enviar fotos que tranquilicen a los padres y que constituyan una prueba de vida de sus retoños. Realidad: miles de ok, gracias, aplausos, dedos arriba y seguro que alguna flamenca y en medio las fotos de los pobres monitores. ¿En serio es necesario que 100 padres agradezcan todas y cada una de las publicaciones de los monitores? ¿De verdad somos todos tan educados en nuestra vida normal que no podemos evitar agradecer cada movimiento whattsapero?¿Me estaré volviendo una intransigente?¡Qué bien hemos hecho con este reparto de tareas porque, si no fuera así, a estas alturas ya no quedaría un solo padre dispuesto a devolverme el saludo!.
Después de mis reflexiones intrascendentes tengo que compartir dos cosas que me han dejado completamente emocionada.
La primera es la exposición de Lita Cabellut que se puede ver de forma gratuita en el Museo de Arte Contemporáneo de A Coruña. No sé nada de arte y mucho menos de arte contemporáneo pero esta muestra es un verdadero lujo. La artista tiene una historia personal impresionante, una vida de novela, os recomiendo ver el documental que he enlazado si pincháis en su nombre. Al parecer no es demasiado conocida en España y, por eso no es fácil ver sus obras, salvo en la Fundació Vila Casas en Barcelona, que tiene ahora mismo una retrospectiva de la artista, y en A Coruña donde tenemos la suerte de poder disfrutar de su magnífica exposición gratuitamente hasta el 1 de abril. A lo mejor no es mal momento para aprovechar y hacernos una visita, no?
Mi última recomendación del día es la película Call me by your name. Una de esas pelis bonitas, una ambientación maravillosa, una historia emocionante, una música que te perseguirá (y de la que, por cierto, hay lista en spotify). Amor, adolescencia, verano, familia, cultura, Italia...se tratan tantos temas. Pero, si tengo que quedarme con un momento, sin duda es la conversación padre-hijo del final. Debería ser obligatoria para todos los padres.
Bueno, pues al final no era tan difícil, no? Sólo era cuestión de sentarse y empezar. Espero que te haya "prestado" este café (como dirían mis asturianinas...) y que tengas planes maravillosos para este finde. Y, si tomas nota de alguna de mis sugerencias, me encantará saberlo (y si no también ;-)).
Yo pertenezco a un grupo de “wasap” igual pero de profes de mí centro, y seré una intransigente, pero es que no soporto lo que comentas, y además se mandan mensajes a deshora, como ejemplo, un domingo a mediodía alguien escribe cosas del tipo, “os recuerdo que para mañana tengo activo informe de tutoría de Fulanito de tal”, o pones “¿alguien ha visto mi pendrive que lo dejé en 1º A? y 64 personas te contestan yo no, así que yo ya escribo cosas del tipo “por favor rogaría que conteste quien lo haya encontrado”. Buen finde.
ResponderEliminarGracias por tus reflexiones. Había visto la exposición de Lita Cabellut y me dejó extasiada pero no he visto todavía la peli, así que aprovecharé.
ResponderEliminarUn placer este café !
También me gustó muchísimo Call me by your name, y esa conversación... esa conversación debería estudiarse en las escuelas.
ResponderEliminarBesos.
Me pasa como a ti... tengo un millón de cosas en la cabeza sobre las que quiero escribir, pero me cuesta ponerme a ello... y casualmente hemos sacado las energías al mismo tiempo!! A ver si nos dura a ambas!!
ResponderEliminarLa peli, no la he visto (tomo nota), la expo, me pilla lejos y las conersaciones
Me cachis!! Se me ha escapado sin terminar!!
ResponderEliminarDecía yo, que en cuanto a las conversaciones de padres tengo la gran suerte de que mi hijo esta en una clase de solo 13 niños... tenemos un grupo, pero pasan semanas sin que nadie lo use, solo para cosas relacionadas con la clase...
Fui a ver la expo, impactaba. Disfruté con ella y con el guía. Hay que escuchar el documental como dices antes de verla para entender bien a Lita. Una mujer de impresionante fuerza. MAR
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