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lunes, 21 de septiembre de 2015

El cumple de los 40

Este año caían los 40. 40 añazos, que se dice pronto pero, según las estadísticas, suponen que ya he vivido la mitad de mi vida. Y yo, que soy de celebración fácil, no podía dejar pasar esta ocasión sin celebrarlo por todo lo alto.


Aprovechando que David y yo cumplimos con un mes de diferencia y que este año hemos cumplido 23 años juntos, quisimos reunir a todos nuestros amigos, a todos aquellos que han estado con nosotros a lo largo de todos estos años, y disfrutar con ellos de una noche mágica.

lunes, 6 de julio de 2015

Hombres G, 30 años después

Yo no iba a hacer un post de los Hombres G. Yo iba a ir con Emma y Lucía a un concierto a recordar tiempos mozos y echarnos unas risas pero he vuelto tan impresionada que tengo que contártelo.


Y no te lo cuento en un momento cualquiera. Estoy sentada escribiendo a las dos y media de la mañana, recién llegadita del concierto. Porque estas cosas, o se hacen en caliente, o no se hacen.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Kinder-café

Soy mamá de dos niños. De seis y cuatro años. Y sólo los que tenéis hijos seréis conscientes de lo difícil que es encontrar un sitio a cubierto donde poder tomarte un cafetito con un mínimo de tranquilidad y, siendo ya muy muy optimista, manteniendo una charla con algún adulto.

Por si fuera poco, cuando nació mi hijo mayor, estaba vigente la antigua legislación anti-tabaco, que permitía a los locales pequeños decidir si permitían o no fumar. Y, claro, la mayoría lo permitían. Con lo cual, o te metías en una de esas peceras que algunos habían habilitado para no fumadores, o ibas a uno de los escasos locales que no permitían fumar.

Cuando Antón (el mayor) era pequeño, yo "vivía" en la Tahona que había cerca de mi casa que tenía unas mesitas para tomarte algo y, claro, como vendía pan, no permitía fumar.

Cuando nació Anxo (el pequeño), mis amigas y yo descubrimos una nueva fórmula. Nueva y un poco cutre, todo sea dicho. Nos íbamos a merendar a la cafetería de Ikea, que acababa de abrir en nuestra ciudad. Los peques jugaban en la zona de juegos y nosotras nos tomábamos café patrocinado por Ikea durante la semana (por si alguien en el universo no lo sabe, si tienes la tarjeta Ikea Family te dan café gratis de lunes a viernes). Lo que decía: bastante cutrecillo. Pero lo pasábamos bien y, en mi descargo, he de decir que, para salir de allí te tenías que recorrer toda la exposición de la planta baja con lo cual, raro era el día que salíamos de allí sin "picar" algo.



Afortunadamente, las cosas cambiaron y, con la nueva legislación, todos los locales eran "aptos" para papás con niños. Y digo "aptos" porque, aunque mis hijos son bastante tranquilos (creedme, no es amor de madre. Todas mis amigan lo confirmarían sin necesidad de soborno por mi parte), al final es un rollo tener que "contener" a dos criaturitas mientras intentas tomarte un café.

Cada vez hay más locales que se han decidido a crear un rinconcito para niños: unas mesitas de Ikea, unas sillas Mamut, unos lápices de colores y diez minutos de tranquilidad para los padres. Éste es el caso de Pandelino y La Jijonenca en A Coruña.


Pero, hace muy, muy poquito, alguien tuvo una brillante idea: crear un espacio para los niños, donde el rinconcito fuera para los padres. Y eso es Dadá Kindercafé.

Un sitio con parking para sillitas, tronas, microondas y cubiertos a tu disposición para comidas y meriendas. Un sitio con un menú adaptado a los niños; para que os hagáis una idea: meriendas que incluyen sandwiches, batidos, fruta o yogures. En definitiva, un sitio para niños.

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